El aprendizaje como experiencia compartida en la escuela secundaria 

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“Tensiones y horizontes educativos en tiempos de cambio: ¿y si la secundaria fuera distinta?” es el título de un libro presentado en el XVI Foro Latinoamericano de Educación, escrito por Rebeca Anijovich y Graciela Cappelletti, que se puede leer en la web de la Fundación Santillana y que invita a repensar la escuela secundaria.

En un contexto de profundas transformaciones sociales, culturales y tecnológicas, Rebeca Anijovich y Graciela Cappellett ofrecen una mirada crítica y propositiva sobre el aprendizaje en la escuela secundaria. Que no se limita a la transmisión de contenidos, sino que puede y debe ser una experiencia compartida, situada y humana, en la que las trayectorias de los y las adolescentes sean acompañadas por adultos comprometidos.

A lo largo de los capítulos de “Tensiones y horizontes educativos en tiempos de cambio: ¿y si la secundaria fuera distinta?”, las autoras exploran cuestiones centrales: el sentido actual de la escuela secundaria, el rol docente y su necesaria triple especialización (disciplinar, pedagógica y vincular), el protagonismo estudiantil, la afectividad como condición del aprendizaje, los desafíos de la inteligencia artificial en el aula, la necesidad de alterar formatos escolares tradicionales, la evaluación desde una perspectiva formativa y la importancia de colectivizar la reflexión para transformar la práctica.

El documento ofrece marcos para pensar, experiencias para inspirar y preguntas para el debate en comunidad. El cambio educativo es posible si se sostiene en vínculos reales, en la participación activa de todos los actores y en la construcción colectiva de una escuela más justa, sensible y significativa. Transformar la escuela secundaria, señalan las autoras, no es solo un desafío pedagógico: es una apuesta ética, política y profundamente humana.

Las autoras mencionan un estudio realizado durante la pandemia en escuelas argentinas que reveló sentimientos de soledad y desorientación entre adolescentes, destacando el rol de la escuela como “refugio emocional”. También recoge testimonios de estudiantes que critican la relevancia de los contenidos y las condiciones materiales de las instituciones, lo que conecta la dimensión afectiva con las desigualdades educativas locales.

Tecnología e IA en el aula

El libro plantea que la incorporación de tecnología en el aula, en particular la inteligencia artificial (IA) y el uso de dispositivos como el celular, debe ser analizada críticamente, no celebrada ni rechazada sin más. Las autoras reconocen que la IA genera grandes expectativas sobre la personalización del aprendizaje y la eficiencia escolar, pero advierten que este entusiasmo puede ocultar riesgos importantes: la reducción de la interacción social, la pérdida de sentido pedagógico y la profundización de desigualdades entre estudiantes con distintos niveles de acceso y acompañamiento.

Uno de los puntos más desarrollados es el riesgo de delegar funciones pedagógicas centrales —como la retroalimentación detallada, la orientación del aprendizaje o incluso las decisiones sobre qué se enseña y cómo se evalúa— a sistemas automatizados. Esta delegación, dicen, puede empobrecer la experiencia educativa, homogeneizar la enseñanza y deshumanizar la evaluación, dejando en segundo plano el rol del docente como mediador y guía en los procesos de pensamiento, diálogo crítico y construcción de comunidad.

El texto llama a un uso responsable, deliberado y colectivo de las tecnologías. No se trata de prohibir celulares o IA, sino de integrarlos en función de propósitos pedagógicos claros, éticos y políticos. Se enfatiza la importancia de conversar con estudiantes y familias sobre las implicancias de su uso, de acompañar el desarrollo de una ciudadanía digital crítica y de asegurarse de que la tecnología esté al servicio de una escuela más justa, sensible y transformadora, en lugar de someterla a las lógicas del mercado o a la ilusión de soluciones automáticas.

La nueva secundaria bonaerense

En línea con las tensiones y horizontes que el libro invita a pensar, la Provincia de Buenos Aires inició en 2025 una reforma estructural de la escuela secundaria. Entre los cambios más relevantes se destaca la eliminación de la repitencia del año completo: ahora los estudiantes acreditan aprendizajes por materia, con instancias de intensificación para acompañar trayectorias diversas. Se sumaron módulos docentes de refuerzo, una libreta digital para estudiantes y familias, y nuevas propuestas de articulación entre niveles y pasantías en los últimos años. Esta transformación, aún en marcha, busca que la secundaria sea más inclusiva, flexible y significativa para los jóvenes de hoy, sin perder de vista el compromiso con la calidad educativa y el acompañamiento sostenido de cada estudiante.

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