El oficio docente es mucho más que preparar una clase, lección o trabajo práctico para
un curso o una materia singular, la tarea de los que enseñamos se circunscribe en el
gran desafío de promover aprendizajes en muchos escenarios posibles. Enseñar, es ni
más ni menos, que generar las condiciones para que los aprendizajes se construyan, y
eso se logra con otros, en un contexto, y con medios que posibilitan esa tramitación
tan valiosa.
La práctica docente puede acontecer en cualquier espacio donde se construya un
vínculo pedagógico educador-estudiante, donde se construya una retroalimentación, y
sobre todo donde haya motivación por aprender. Puede ser en la escuela, en el
parque, en un club, en una plaza, en un centro vecinal, en el espacio donde las
condiciones nos posibiliten generar un escenario donde confluya el enseñar y el
aprender. Hablamos de un práctica local o comunitaria, donde las personas
intervinientes, son parte cercana a nuestro entorno. Los beneficios de esas
enseñanzas, son para el barrio, la escuela de la zona, o simplemente para acompañar
procesos de aprendizaje de cierta población. Pero, la práctica docente puede
desplegarse hacia otros horizontes, tanto de forma presencial como virtual, gracias a
los medios digitales y la globalización, los educadores tienen la posibilidad de llegar a
otras regiones y países. De allí, que digo que el oficio de enseñar, trasciende los
límites geográficos, logrando así inmiscuirse en otras culturas, formas totalmente
diferentes de vida, de aprendizajes, de trabajo. Tengo un claro ejemplo, con
estudiantes de Perú y Ecuador, ellos son docentes de diferentes niveles educativos
que se están formando en instancias de actualización profesional para ascender a
cargos de gestión y conducción. Los modos de trabajo en la virtualidad, sus formas de
comunicación y la novedosa forma de estudio, la estructuración de los temas
demandados en su formación continua, y la articulación de la gestión, liderazgo y el
uso de las TIC. Con este breve relato, considero que la práctica docente es global,
dejo de ser una actividad profesional a la que solo nos formábamos para trabajar en
una institución, o para un único contexto. Utilizo la adjetivación global aludiendo a las
conexiones que puede lograr una enseñanza entre personas de diferentes países, y,
sobre todo entendiendo que la tarea docente es multifactorial y multidimensional. En
este sentido, se trata de concebir a los profesionales de la educación como
ciudadanos globales, con competencias que exceden el plano de lo pedagógico,
didáctico y disciplinar específico, sino que a su vez se preparan “para examinar
cuestiones locales, regionales, nacionales e internacionales, referido a asuntos
económicos, sociales, políticos, ambientales y culturales; así como comprender,
apreciar, respetar y debatir las perspectivas del mundo” (OECD PISA Global
Competence Framework, 2018).
La práctica docente global se interesa por interconectar experiencias de formación en
diferentes latitudes y geografías, y además se forma para poder intervenir con su perfil
en otros campos de estudio, para así nutrir y nutrirse en interrelación con otros
profesionales.
Alvarez Santiago Marcelo
Profesor de Educación Tecnológica. Especialista en Formación de formadores (CAEP).
Escritor de libros sobre la temática. Docente de nivel primario, secundario y superior.
Capacitador de docentes en Argentina, Perú, Ecuador y México.
Alvarez Santiago Marcelo
Profesor de Educación Tecnológica. Especialista en Formación de formadores
(CAEP).
Escritor de libros sobre la temática. Docente de nivel primario, secundario y
superior.
Capacitador de docentes en Argentina, Perú, Ecuador y México.