LA PLATA: CONICET REALIZÓ APARATOS PARA EVALUAR LA VENTILACIÓN DENTRO DE LAS AULAS

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La iniciativa involucra a distintos grupos de investigación de la ciudad de La Plata y surgió en respuesta a una propuesta de la Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires (DGCyE), para optimizar los sistemas de monitoreo durante las clases presenciales. Se llama “ImpaCT.AR Ciencia y Tecnología”.

Se propone incrementar la eficiencia del sistema agilizando la recuperación y análisis de los datos para obtener un modelo que indique cuánto tiempo se debe tener cada ventana abierta para que la ventilación cruzada sea efectiva, siempre en relación a la cantidad de estudiantes de cada escuela, el espacio disponible, entre otros condicionantes a tener en cuenta.

La institución se encargó de saldar la preocupación por la seguridad en las aulas cuando se reanudaron las clases presenciales en gran parte del país, en junio pasado, y para lo cual se anunció la compra de unos dispositivos especiales para medir el dióxido de carbono en el aire (CO2).

“Los aparatos se llaman monitoreadores de CO2 y están instalados en distintos establecimientos escolares a través de los cuales ya se están realizando pruebas de mediciones. Precisamente, el gobierno quiere optimizar su funcionamiento”, explica Andrés Porta, responsable del proyecto.

Asimismo, señaló que la propuesta es multidisciplinaria, ya que “aborda el problema desde muchos enfoques. Por ejemplo, en términos generales hay un grupo que se concentra en la fluidodinamia, es decir el movimiento del aire y su comportamiento; otro que evalúa la configuración arquitectónica de las escuelas y las condiciones posibles de ventilación; otras personas que estudian las posibilidades de fabricar los aparatos; también hay especialistas en informática que están diseñando un modelo de recopilación y sistematización de los datos; y nosotros desde el CIM que nos dedicamos a la contaminación del aire”, señala Porta.

En tanto, también aseguró que entre varios organismos públicos trabajan para garantizar la máxima seguridad y disminuir la transmisión del COVID-19, en el contexto de clases presenciales.

“Al exhalar, liberamos CO2. Entonces, en una habitación cerrada con muchas personas aumenta la concentración de ese gas, pero si hay ventilación el aire se renueva. La idea es usar estos índices como una medida indirecta de las partículas que emitimos al hablar y las microgotas donde podría estar el virus”, detalló Andrés.

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