
El modelo inclusivo de La Pampa, donde los chicos y chicas con discapacidad son los únicos que tienen prioridad para elegir escuela, ya empezó a ser considerado exitoso a nivel mundial. Este año fue elogiado por la Unión Europea desde el programa EuroSocial, que busca el intercambio de buenas políticas entre países de América latina y la Unión Europea.
En La Pampa estudiantes con discapacidad pueden elegir dónde estudiar y, en caso de necesitar transporte, el Estado se lo brinda. Pero la ayuda no sólo se brinda desde el Gobierno, sino también de toda la comunidad educativa, como en el caso del Colegio Ciudad, de General Pico, donde realizaron una adaptación en las patas de sillas y pupitres para facilitar la inclusión de un alumno con autismo, con sensibilidad auditiva.
Datos concretos
La Pampa suma 97.209 estudiantes, de los cuales 1998 tienen alguna discapacidad. De esos 1998 chicos y chicas, el 98,5% va a la escuela común. Es más, tienen prioridad para elegir la escuela estatal que quieran, sin cupo limitado.
Este camino de inclusión comenzó en 2003, cuando se creó la Dirección de Educación Inclusiva y, tras algunos vaivenes, retomó el impulso en 2017.
De escuelas especiales a espacios de apoyo
En La Pampa, la inscripción a las escuelas es online y basta que la familia marque que quiere inscribir a un estudiante con discapacidad para que el sistema la habilite para elegir el establecimiento.
Ladio Scheer Becher, director General de Transversalidad de la Educación Inclusiva de La Pampa, es la cara visible del cambio, y considera que el nuevo enfoque significa una restitución de derechos hacia una comunidad que padeció rechazos y discriminación a la hora de buscar escuela. “La educación inclusiva está asociada a la equidad. Además, entendemos que lo mejor que le puede pasar a una escuela es ser lo más parecida al mundo real. Nadie tiene por qué recibir un ‘no estoy preparado para vos’, ‘estos compañeros no son para vos’, o ‘tus compañeros están en otra escuela’. Además, existen leyes que cumplir. Y no podemos pretendernos inclusivos si tenemos circuitos segregados, con escuelas de acuerdo a la condición de cada estudiante”, asegura y explica que en el caso de los colegios de gestión privada también está prohibido negar la vacante por razones de discapacidad.
Para avanzar en este sistema, La Pampa realizó una serie de transformaciones dentro del sistema educativo. Lo más visible de ese proceso fue la conversión de las escuelas especiales en escuelas de apoyo a la inclusión y, con esto, el pasaje del alumnado a las escuelas comunes. Hoy quedan solo 17 chicos y chicas en proceso de pasaje. Todos los demás, van a escuelas comunes.
Las ahora escuelas de apoyo redefinieron su función. Sus docentes –ya no especiales o integradores– dan apoyo a la inclusión en las escuelas comunes que tienen alumnos con discapacidad. Y lo hacen de una manera novedosa: salvo excepciones, no están sentados al lado del alumno o alumna con discapacidad, sino que trabajan como pareja pedagógica del docente de grado o profesor del curso.
La figura del docente de apoyo es central en este proceso. De 2017 a la actualidad se crearon 274 cargos cuando, hasta 2016, el plantel de todas las escuelas especiales estaba integrado por 92 docentes. Es decir, ampliaron en un 300% el plantel.
Un modelo elogiado mundialmente
El enfoque de educación inclusiva de La Pampa fue revisado por EuroSocial, un programa de la Unión Europea que investiga políticas públicas exitosas para que se repliquen en otros países de América Latina o Europa. “En La Pampa se han implicado a todos los actores involucrados en este proceso: familias, docentes, estudiantes, gremios y diferentes ministerios. Es un factor determinante para que el cambio sea viable y sostenible en el tiempo”, analiza Natalia Guala, coordinadora del equipo que relevó la experiencia. Ese equipo destacó la configuración de parejas pedagógicas como figuras centrales para la inclusión en el aula y el uso eficiente de los recursos humanos y presupuestarios para sostener el proceso.
“Es una experiencia interesante, una especie de laboratorio que hay que seguir mirando para ir recogiendo elementos que puedan ser útiles, como una guía para otras jurisdicciones. En Uruguay recomendamos que sigan de cerca lo que ocurre en La Pampa”, consideró la experta.
Cuando comenzó la gestión de Scheer Becher, en 2017, el total de estudiantes incluidos en escuelas comunes alcanzaba el 74%. Hoy, como ya se dijo, llega al 98,5%. “La educación inclusiva es una cuestión de creencias, de confianza y de política pública. Pero, además, es cuestión de ley. Hay convenciones que cumplir”, sostiene el funcionario.
Tras un proceso de investigación con la presencia de investigadores internacionales, se dieron a conocer los resultados obtenidos, que marcan una serie de hallazgos que convierte a la política educativa de La Pampa en un modelo a replicar ya que se pudo concluirse que:
• Hay una visión compartida acerca del paradigma de la Educación Inclusiva a nivel teórico y de implementación.
• El acceso a la educación de niños, niñas y adolescentes con discapacidad es prácticamente Universal en la provincia de La Pampa, encontrándose incluidos en las Escuelas de Nivel un 98% de los estudiantes con discapacidad.
• El pilar del proceso de cambio estuvo dado por la transformación de la Escuela Especial en Escuelas de Apoyo a la Inclusión, siendo éstas últimas centros de recursos para apoyar la inclusión en las Escuelas de Nivel.
• Otra base fundamental fue la transformación del rol docente, de Maestra/o Integrador(a) a Docente de Apoyo a la Inclusión, ya no como docente específico del/de la estudiante con discapacidad sino como generadores de apoyos para todos/as los/as estudiantes del aula.
• Se señalan avances positivos en materia de accesibilidad física y de ajustes razonables. Se pone en valor la accesibilidad de las escuelas y el transporte estatal para los/as estudiantes con discapacidad.
• Se vislumbra un trabajo de toma de conciencia y socialización con todos los actores, particularmente de las familias, como el catalizador y el elemento clave en el proceso de transición y los avances logrados. AP