«LOS DESAFÍOS DE ALFABETIZAR»

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La alfabetización es una fuerza que promueve el desarrollo de un mundo más equitativo y democrático. La escuela ha tenido desde sus inicios la misión de alfabetizar. En el sistema escolar, este proceso comienza en el nivel inicial y continúa hasta el secundario. Además, atraviesa todas las áreas del conocimiento, surgiendo así la alfabetización digital, científica, visual y más. Pero la alfabetización en los primeros años de la primaria, ocupa un lugar importante y de especial complejidad.

En un sentido amplio, alfabetizar, hace referencia a las habilidades lingüísticas y cognitivas necesarias para el ingreso, la apropiación y la recreación de la cultura escrita que la humanidad ha producido a lo largo de su historia. Y para que los niños y las niñas, progresivamente, aprendan a leer y escribir de forma convencional, comprendan los textos, opinen sobre las obras literarias que leen, utilicen textos no literarios para estudiar, escriban diversos tipos de textos y adquieran otras habilidades para hacer propia la cultura escrita, los y las docentes utilizamos diversos enfoques para enseñar. Dentro de las teorías constructivistas, el enfoque psicogenético y el enfoque equilibrado integrador son los más utilizados en las aulas de hoy.

Pero todo lo que aprendimos y sabemos los y las docentes sobre qué es alfabetizar, qué enfoque y estrategias usar, cómo abordarla en un aula diversa y compleja, cómo intervenir antes las dificultades y cómo trabajar las ansiedades de las familias, se ha puesto en duda con el inicio de la educación no presencial. No tuvimos opción ni tiempo de ponernos a pensar en otros modelos y estrategias.

A medida que los días de clases avanzaban, nos hicimos algunas preguntas que respondimos probando, equivocándonos, sorprendiéndonos de los resultados y volviéndonos a preguntar. Otras, que siguen sin respuesta. ¿Cómo recrear el escenario alfabetizador del aula en los hogares? ¿Cómo realizar intervenciones directas en el momento que los y las niñas están escribiendo por sí mismos/as? ¿De qué manera formar lectores ávidos de conocer autores y textos literarios de todo tipo? ¿Cómo generar el intercambio de opiniones sobe estas obras? ¿Cómo hacer circular las estrategias que utilizan los y las niñas para leer y escribir de forma convencional? ¿Cómo “leer” el lenguaje corporal de cada uno/a al plantearles un desafío de lectura?

Y en este punto, los y las docentes, tuvimos que potenciar las características de cada hogar y familia enfocándolos en la alfabetización: buscar entre los libros que tengan en casa, hacer la lista del supermercado, cocinar leyendo una receta, llenar de carteles la casa con los nombres de las habitaciones, personas, juguetes, electrodomésticos… Y a la vez, utilizar y repensar el juego como una estrategia focalizada en la alfabetización. Aprendimos a crear videojuegos con aplicaciones y páginas sencillas, donde los niños y las niñas puedan buscar palabras que comienzan como…, formar palabras ordenando sílabas, escribir palabras que riman con… Todas estas estrategias enmarcadas en proyectos y secuencias donde las prácticas del lenguaje tengan un sentido social y un objetivo particular.

Este año, tomamos con más fuerza y nos hemos apropiado de los encuentros sincrónicos (videollamadas, Meet, Zoom). Encontramos en este espacio, el momento fundamental para realizar las intervenciones y preguntas directamente relacionadas con la alfabetización: ¿Cómo te diste cuenta de que ahí dice pato? ¿Por qué cinta comienza con c y no con s? Si acá dice cama, ¿dónde dirá casa? Para escribir mariposa, ¿cuál pongo primero: la de mamá o la de Ariel?. Además, en estos encuentros, las familias nos ven en acción y pueden ver cómo enseñamos a leer y escribir de forma convencional.

Todavía nos quedan muchos desafíos: ¿De qué forma trabajar la alfabetización frente a las desigualdades que atraviesa cada niña, niño y familia? ¿Cómo atender las particularidades de cada sujeto que aprende a la distancia? ¿Qué estrategias usar para sostener el compromiso de las familias y el interés de los niños y niñas en aprender a leer y escribir? Entiendo que, en este sentido, el trabajo en equipo y la formación de redes entre docentes resulta fundamental.

Creo que, los y las docentes, hemos aprovechado al máximo el poco conocimiento de las herramientas digitales y los pobres dispositivos con los que contamos. Cada uno y cada una desde un punto de partida y tiempos diferentes. Pero el trabajo ha sido mucho y continúa siéndolo para ofrecer una educación de calidad, crítica, innovadora y trasformadora.

Tanto protestamos de la escuela y su lugar obsoleto en el mundo actual, pero no hemos construido otra institución que se ocupe de este valor fundamental que es alfabetizar.

Lucía Sobrino Sarries, Profesora en Educación Primaria.

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