En el lanzamiento de Gaceta Educativa estuvo presente Mirta Castedo, reconocida investigadora en el área de la alfabetización inicial, y quien actualmente es Profesora Extraordinaria, categoría Emérita, en la UNLP e Investigadora, en el Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales, UNLP/CONICET.
Al comenzar la entrevista, Mirta destacó “no es común que a quienes nos dedicamos a la alfabetización nos convoquen a los debates políticos cuando en realidad, debería ser por defecto”. Y agregó, “en general se ve a la alfabetización como un problema a veces técnico, estrictamente didáctico y no se lo ve como parte de la política educativa y, la verdad, que la concepción de alfabetización que se lleva a cabo dentro de cada aula se convierte en uno de los primeros lugares de construcción del ciudadano y, por lo tanto, no es independiente del proyecto de país que deseamos, que concebimos, que imaginamos, aunque sea utópico”.
LIMITACIONES DE LA “ALFABETIZACIÓN INICIAL” EN ESTOS TIEMPOS Y CÓMO SUPERAR LOS DESAFÍOS QUE SE PRESENTAN
En un primer momento, cuando se le consultó por los desafíos y las oportunidades de la pandemia para repensar la alfabetización inicial y el rol docente en su didáctica, comenzó definiendo que el momento histórico en el que nos encontramos es una situación excepcional “donde los criterios sanitarios, desde mi punto de vista y mi posición política, mandan sobre las necesidades educativas” porque “ni los muertos enseñan, ni tampoco aprenden”. Y es en ese sentido que Mirta reconoce que, como las prácticas de alfabetización dependen de la concepción del sujeto y el objeto y que, desde su perspectiva de trabajo, alfabetizar es incluir en las culturas escritas, se encuentran algunas limitaciones en la modalidad dual o a distancia de la enseñanza de la alfabetización inicial.
“Esta situación ha sido muy complicada, porque hace cuarenta años que estamos desarrollando una didáctica de la alfabetización para una situación de presencialidad que, además, siempre se caracterizó por aulas muy numerosas. Porque los primeros grados siempre son más numerosos que los otros, y muy diversos. Y siempre nuestro gran desafío fue incluir las diversidades. Es decir, que puedan interactuar todos dentro del aula, con voz y voto, con derechos, con esa capacidad que tienen los chicos de sentirse convocados por la escritura, desde cualquier lugar y cualquiera sean sus ideas iniciales. Y, en ese sentido, construimos una didáctica. Y resulta que ahora no tenemos aula presencial, y cuando la tenemos es una burbuja, donde lejos de favorecer la interacción y el intercambio de información entre los nenes, tenemos que tenerlo separados. Entonces, es todo distinto a lo que teníamos armado, lo que sabíamos hacer, y lo digo tanto desde el punto de vista de los especialistas como desde el punto de vista de los docentes. Es decir, hay que resignificar y reacomodar todo lo que sabíamos».
La primera limitación que analizó fue “el dialogar con las lógicas infantiles”, ya que, “a través de una pantalla, a veces, ni siquiera se puede ver lo que escriben, pero, además, no se tiene una “devolución del cuerpo”. Es decir, en el aula, los docentes saben cómo los niños expresan con el cuerpo si entendieron o no, cuando dudan, cuando se quedan pensando en algo. Muchas veces, dialogan con la mirada, porque son chiquitos y entonces, a veces, las cosas no están mediadas por palabra, sino que están mediadas por otros gestos”. Luego, la segunda limitación a la que se refirió fue “la interacción entre los niños y las niñas”, ya que se entiende que la construcción de conceptos e ideas que se logra a partir de la interacción entre los chicos y las chicas, es la fuente fundamental del trabajo que se viene realizando en la construcción de la didáctica de la alfabetización inicial, “nosotros creemos fuertemente que esa pasada de información entre los chicos. El que dice la que dice la “MA”, el que dice la “N”, el que dice “no es la mía”, porque no es la letra de mi nombre. Todo eso que empieza siendo de cada uno, poco a poco, y gracias al trabajo que se viene haciendo en el aula, pasa a ser patrimonio de todos. Y esa construcción es la que está limitada”.
Además, se refirió a cómo ve que en muchas escuelas, desde el comienzo de la modalidad dual o virtual y por las limitaciones que ellas presentan, se volvió a un trabajo mucho más mecánico y estereotipado, ya que es mucho más fácil de llevar adelante. Aunque entiende que es mucho más comunicable ese tipo de trabajo, a la hora de alfabetizar, explicó que hay muchas estrategias reflexivas en relación con la lectura que se pueden llevar adelante como “¿cuáles son las historias que conocemos donde algún personaje, el lector sabe qué piensa de alguna manera, pero ese personaje a los otros personajes se lo comunica de otra forma?”. Sin embargo, como explicó anteriormente en las limitaciones que se generan en este tipo de escolarización, la dificultad mayor se encuentra en trabajar sobre los elementos abstractos del sistema de escritura, ya que no se pueden realizar las discusiones necesarias para lograr la construcción de los mismos. En tanto, Mirta dió ejemplos de cómo vienen trabajando y reinventando el rol del alfabetizador en las escuelas que ella se encuentra, con modalidad dual: “en las semanas presenciales afianzamos la reflexión metalingüística sobre las unidades menores del sistema de escritura y, luego metemos algo de introducción a la cultura escrita en la semana que se van a la casa. Ahí les mandamos un montón de libros en audio y les mandamos los libros para que sigan con el dedo la lectura, también les mandamos canciones”.
“Cuando leo el cuento del gatito y hago un collage sobre el gatito, eso no es, ni tiene que ver con la cultura escrita. Cuando yo leo el cuento del gatito y después pido que tracen la letra “G” cincuenta veces, eso no es cultura escrita eso es dibujar la letra pero no es cultura”
LA IMPORTANCIA DEL ROL DOCENTE – DERRIBANDO MITOS
En un segundo momento de la entrevista, se le consultó a Mirta ¿Qué reflexión merece la labor docente en este contexto? Por lo que ella decidió responder a esa pregunta mencionando tres mitos que se han derribado en estos tiempos:
“Resistencia de los docentes a los cambios”, aquí detalla cómo los docentes han incorporado, rápidamente, nuevas tecnologías en sus prácticas, como pueden ser el WhatsApp o YouTube. Y fundamenta este punto mencionando a Anne Marie Chartier, Doctora en Ciencias de la Educación, quien explica que “la razón por la cual los docentes incorporan o no, desde el punto de vista histórico, distintos dispositivos a las prácticas de enseñanza, tiene que ver con resolver cuestiones de la práctica en el aula, o en este caso en el aula a distancia. En la medida en que una tecnología permite de alguna manera compartir el saber e incluir a los otros en el saber, esas tecnologías se incorporan”.
“Tecno-optimismo, la tecnología resuelve todo”, otro mito derribado. Ya que, depende para qué la tecnología puede ser desfavorable, beneficiosa o lo único posible, y “cómo la enseñanza es una cuestión de posibilidades, y esta tecnología es lo único posible, bienvenido sea” afirmó. En este sentido, Mirta continuó explicando que en la alfabetización inicial “trabajamos con niños pequeños, y la verdad que pasar de la simultaneidad de la comunicación a una sucesión diferida (al otro día te contesto) es, para los niños pequeños caótico. Si nos cuesta a los grandes, imaginemos lo que es esto en la cabeza de un niño pequeño. Entonces, no es lo mejor pero es lo posible. Y entonces como lo posible, es lo que usa”
“Cualquiera puede enseñar”, el desarrollo de las clases de manera virtual o dual colaboró en hacer “observable el saber profesional”. En este sentido, menciona que “el saber profesional se puso en primer plano y las familias se acercaron más a la complejidad de la labor profesional de un docente” y “los maestros se acercaron más a la complejidad de la vida de los niños”, lo que permitió comprender mejor la realidad de cada estudiante.
Por último, destacó lo beneficioso de estos tiempos excepcionales en la “revalorización de la dimensión colectiva del trabajo docente”, es decir, la escuela diversificó la atención de los niños de manera coordinada con todo el equipo “ojalá podamos sostener, recuperar y hacer consciente y conceptualizar esto, cuando todo esto pase. O sea, que no perdamos la dimensión colectiva del trabajo, que no perdamos la capacidad de vernos a nosotros mismos con un saber profesional que no tiene nada de natural, que no perdamos esos usos de las tecnologías que sí sirven y complementan la tarea presencial. Ojalá capitalicemos todas estas cuestiones en la próxima etapa” concluyó.
