
La sección “Voces escolares” da lugar a la voz de los trabajadores y las trabajadoras de Educación de las escuelas bonaerenses, en este caso de algunos distritos de la Región 16. Sin importar la modalidad ni el nivel, esta comunidad toma protagonismo para contar su experiencia desde adentro de las instituciones educativas y conocer la realidad de cada localidad.
Precisamente, para abordar la Región 16, Gaceta Educativa contó con la palabra de María Marta Castiñeira docente de la Primaria N° 33 y directora de la Primaria N° 10, de Carlos Tejedor; Lourdes Corrales, profesora de Historia de las Secundarias N°1 y N° 5, y la Escuela Primaria N° 6 del distrito de Pellegrini; Yanina Rivero, profesora de Comunicación en la Secundaria N° 2 de Salliqueló; Gladys Mabel Zaldua, bibliotecaria de la EP estatal N° 1 de
General Villegas; y, Margarita Castillo Conesa, profesora de Comunicación en las secundarias N° 8 y N°11, de la ciudad de Trenque Lauquen.
Para conocer la realidad de cada partido bonaerense, las docentes plantearon los principales desafíos que se encontraron frente al contexto actual, es decir, las dificultades y oportunidades de la educación dual y la virtualidad. Marta Castiñeira (Carlos Tejedor), señaló que, “los sistemas educativos son dinámicos y cuentan con capacidad de respuesta a las nuevas situaciones, por eso es que frente al contexto que estamos viviendo, pude enfrentar el desafío de la enseñanza, adaptando recursos, estrategias y modos de enseñar”, y destaca que “la nueva domiciliación de la escuela” visibiliza “la dislocación del tiempo y el espacio, borrando las fronteras entre la escuela y la casa”.
Lourdes Corrales (Pellegrini), separa a las tres escuelas donde trabaja, ya que “cada una depende de realidades muy diferentes”, frente al contexto actual. Primero, parte de describir los desafíos en la escuela Agropecuaria N°5, la cual residía a estudiantes de distintos puntos de la región antes de la pandemia, “dar clases de manera virtual, se dificulta mucho, si bien hemos mantenido un vínculo de manera virtual no conozco a todos los alumnos”. Además, destaca que una de las mayores dificultades, que atraviesa tanto a docentes como alumnos, “es la conectividad”, ya que no tienen dispositivos, o lo comparten con su familia.
Lourdes, remarca que trabajar con la Secundaria N° 1, la cual se ubica en el pueblo, “es menos complejo, pero no menos fácil”. Allí utiliza distintas plataformas para llevar a cabo sus clases virtuales. Sin embargo, con la Primaria N° 6 pasa algo similar que la Secundaria anterior (N° 5), ya que también se encuentra en la zona rural, “los directivos se toman algunos días de la semana para alcanzarle las actividades en formato papel para aquellos niños que se le presentan dificultades con la señal, internet o medio de comunicación que utilicen”. En las tres instituciones remarca la labor en las instituciones “para que los alumnos y sus familias se sientan protegidos y contenidos”.
“Si bien estoy hablando de los desafíos que se nos interponen, también debemos agradecer que contamos con medios de comunicación e Internet para poder llevar adelante las clases y hoy, la virtualidad, el cuidarnos, el mantener distancia y el no estar presente dentro de un espacio físico como ser la escuela nos ha marcado y enseñado a valorar más otras cosas y a extrañarnos más”, concluye.
Por su parte, Yanina de Salliqueló, partió de preguntarse “¿Cómo íbamos a llegar desde la virtualidad a las casas de cada uno de nuestros estudiantes? ¿De qué manera íbamos a poder plantear el aprendizaje? ¿De qué forma ellos iban a poder relacionarse con nosotros, vincularse, no perder la comunicación?”. Al comenzar la pandemia, comenzaron sus incertidumbres, ya que “nadie conocía como iba a funcionar esto, nadie sabía que resultados íbamos a obtener”. En tanto, su desafío era “saber si íbamos a poder, desde la virtualidad y la conexión, llegar”.
En tanto, Gladys de Villegas hace referencia al comienzo de la pandemia, que a partir de allí «fue todo un año de desafío , de aprendizaje para nosotros, para los padres para los chicos por el tema de el manejo de las aplicaciones , por la conexión de internet ya que no todos tienen acceso. Se fue implementando, por lo tanto, lo que enviaban desde Gobierno mas fotocopias que se adaptaban de acuerdo a las realidades de cada curso y aún hoy en día para planificar se va teniendo en cuenta mucho de lo que el año pasado vivimos»
Desde Trenque Lauquen, Margarita enumera los dos grandes desafíos que percibió en este contexto, “primero, tratar que ningune pibi quede afuera del sistema, no solo por el acceso a los dispositivos, sino por un temprano acercamiento al mercado laboral; segundo, tratar de equilibrar lo más posible la calidad educativa, entre quienes tienen acceso al dispositivo, y tiempo para usarlo, con quienes en el tiempo de no-presencialidad, aprovechan el tiempo para trabajar y ayudar en la casa”. Destacando, al igual Louredes (Pellegrini), que “no sólo cada escuela es un mundo, sino que cada turno dentro de las escuelas tiene un público específico, y las realidades cambian casi por completo”.
Otra temática fue la labor específica como docentes, cómo llevan a cabo su planificación, es decir, cómo trabajan con las particularidades que se presentan. Así, Marta de Carlos Tejedor, sostiene que la pandemia dio origen a “un cambio en la enseñanza, un re diseño del vínculo y la manera de comunicarse mediada por las tecnologías”, un cambio que “abre la puerta a nuevas formas de enseñar, de capacitarse, de investigar, y de crear, de trabajar en forma colaborativa”.
Por ello, advierte que a la hora de planificar “se consideran las particularidades de cada alumno, teniendo en cuenta el modo de vincularse (escrito, virtual)”. También, analiza que se tiene en cuenta “la intervención de la familia que es quién recibe el mensaje o los archivos que el docente le envía”.
Continuando bajo el contexto de la educación virtual, asegura que “surgen sentimientos de frustración e impotencia: ¿Cómo motivar a los alumnos que se conectan, con micrófono y cámara silenciada y no participan? ¿Están realmente presentes? ¿Cómo saber si entendieron?”
Cuestionamientos que no son obstáculos para seguir educando, ya que los docentes “tienen herramientas para avanzar en la misma práctica y se re inventan día a día. La complejidad del escenario deja de lado las certezas y la sociedad comienza a reconocer la idoneidad de los docentes”.
En tanto, Pellegrini, la profesora de Historia, planifica centrándose en lo que “quiero que mis alumnos realmente aprendan, y no irme por las ramas”, trabajando sobre los contenidos prioritarios, para “alcanzar un aprendizaje mejor y más profundo, pero sobre temas puntuales e importantes”
Desde Salliqueló, Yanina sostiene que trabaja en la particularidad de cada alumno, “está el estudiante que no quiere hacerlo por la forma virtual, porque no quiere, se resiste. Esta el otro que lo mejor que le puede pasar es eso”, por lo tanto, enfatiza que cada particularidad “es bien individual”. Y para trabajar en este marco, lo hizo a través del “dialogo, de repensar, de repreguntar y reprogramas situaciones”.
El hecho de trabajar con burbujas, y bajo un sistema bimodal, Yanina sostiene que “se planifica distinto”, donde “se puso en tensión, cómo la llevábamos adelante, que estábamos decididos a hacer, que podíamos decir esto no lo hago”.
En Villegas, Gladys manifiesta que, «sacamos muchas ideas de cómo trabajar ,cómo planificar y también incluso el cómo planificar con aquellos chicos que tienen diferentes dificultades. Esto hizo que se tenga que trabajar con reuniones virtuales entre los docentes en cualquier hora porque, honestamente, era así en cualquier hora y de esa forma fuimos mejorando. Hoy en día, vamos logrando que por lo menos, los contenidos mínimos que son los que se pretende alcanzar, los vayan alcanzando».
Por su parte, Margarita (Trenque Lauquen), considera que planificar en estos tiempos “es bastante complejo”, ya que antes, armaba una planificación anual que la tomaba como punto de partida, “ahora eso con la virtualidad no pasa”, afirma.
Precisamente, relata que “hace dos meses que estoy dando clase a ciegas, no tengo nunca la certeza de que el estudiante lo comprendió. Mucho menos de si les gustó, si da para profundizar”, punto de coincidencia con Marta de Carlos Tejedor, quien también se cuestiona acerca de la comprensión sobre el tema dado en clases.
Ahora bien, su materia Comunicación, da lugar a trabajar “muchas herramientas para el análisis de la realidad”, así, planifica bajo contenidos que “tengan a la pandemia como punto de contacto”, pensar “la pandemia como un fenómeno social, y no exclusivamente sanitario”.
En cuanto a las particularidades, analiza que “en una de las escuelas, trabajamos con un sistema de tutorías que permitió conocer un poco más la realidad de los chicos”. Donde cada docente tiene que hacer el seguimiento de 2 o 3 estudiantes por curso, “y establecer un vínculo, una comunicación, por lo menos una vez por semana”, viendo como llevan adelante “lo pedagógico, hacerle llegar los trabajos, pautar una explicación con el docente que haga falta, ir a las guardias mínimas de la escuela cuando hay algún problema mayor, que no tenga que ver estrictamente con lo educativo”.
Las docentes de los distritos de la Región 16, también dieron su opinión acerca del debate generado en los medios de comunicación con respecto a la presencialidad – virtualidad, y de la frase que circuló, “no hay clases, las escuelas están cerradas”.
En este sentido, María Marta de Carlos Tejedor, asegura que “las fronteras del aula se han desdibujado y aunque los medios insisten en que «no hay clases», los docentes, los alumnos y las familias que realmente se involucran saben que sí hay clases, la escuela se ha trasladado al hogar y la pantalla ha reemplazado a la tiza y al pizarrón”.
En contraposición a la frase, describe a la labor docente en pandemia, “pasamos muchas horas frente a la PC planificando y organizando clases para nuestros alumnos, las familias dedican mucho tiempo a las actividades propuestas para cada uno de sus hijos y los alumnos se conectan y participan de las clases que sus docentes proponen, en forma activa”.
“La pandemia ha servido para transformar la educación, modificar y adecuar algunos aspectos. Si bien sabemos que la presencialidad es importante, también hemos aprendido que la virtualidad es un excelente complemento de la presencialidad y que se puede enseñar considerando ambas formas”, concluye María Marta.
Por su parte, Lourdes (Pellegrini), coincide con la docente de Carlos Tejedor, en el descontento “al ver este título en todos los medios de comunicación y que con las redes cobraban más fuerzas, la noticia tenía cada vez más trascendencia ´no hay clases, las escuelas están cerrada´ ”.
En este sentido, afirma que, si bien las escuelas estaban cerradas, “el trabajo del docente, la enseñanza y aprendizaje no termino nunca durante este todo este tiempo”. Y, el hecho de que circule esta frase en los medios de comunicación, la profesora Lourdes “sentía que nadie valoraba nuestro trabajo y gran esfuerzo, ya que no es fácil planificar a distancia, mantener el vínculo sin siquiera conocer a algunos alumnos, tener un celular y una computadora que están colapsados y también estar disponible siempre para que nuestros alumnos no pierdan sus trayectorias escolares”.
A modo de conclusión, felicitó a “todos los docentes por llevar adelante la educación, por el esfuerzo y la dedicación. Porque si entre nosotros no nos hacemos fuerte, nos hacemos invisibles para el otro”.
Desde Salliqueló, Yanina coincide con sus colegas de los distritos cercanos, con el desacuerdo de la frase “no hay clases, las escuelas están cerradas”, ya que sostiene que las escuelas estuvieron abiertas, “los equipos directivos estaban atentos a imprimir los cuadernillos, a visitar a los alumnos que estaban un poco atrasados, o desconectados, o desvinculados”.
“Las clases estuvieron siempre, el Estado Nacional y Provincial nuestro, en Provincia de Buenos Aires garantizó la continuidad de clases siempre”, asegura Yanina, e insiste que, “siempre se garantizó que los alumnos, y las chicas, y los chicos, tuvieran sus clases colgadas, escritas, impresas en algún lugar. No es verdad que no hubo clases, clases hubieron siempre”, concluye.
Precisamente, Gladys de Villegas, advierte que el debate y la frase en cuestión, “me enfurece, por la simple razón de que nosotros estamos trabajando desde nuestro hogar, y durante el tiempo que se tuvo que hacer virtual únicamente lo hacíamos. Cada institución se ajusta a su realidad, a su cantidad de alumnos, teniendo en cuenta que, en una familia tienen por ahí dos niños que concurren a un mismo turno pero en diferente horario. Pero la escuela no la considero cerrada. Realmente es una frase muy molesta muy”.
Margarita (Trenque Lauquen), caracteriza al debate en los medios como “canalla”, ya que “a sabiendas del riesgo sanitario que implica en este contexto, insisten con la vuelta a las aulas, como si fuera el único escenario donde se puede dar un proceso de enseñanza/aprendizaje”.
Sin considerar que, “trabajamos el triple en la virtualidad que en la presencialidad”, sin límites de horario, a toda hora. Y considera que, “para ellos es un engranaje más del sistema productivo. Si la fábrica está cerrada no produce. Y no, la escuela es otra cosa, la escuela tiene otra lógica, la escuela tiene la misión de ayudar a los estudiantes pensar por sí mismos, a analizar la realidad”
En este sentido, reflexiona que en todas las materias se debería “repensar el rol de los medios hegemónicos, y analizar qué intereses hay detrás. Tomar un mes de un diario, y ver cómo fue titulando, qué fuentes utilizó, qué objetivo persiguió”.