
La sección “Voces escolares” da lugar a la voz de los trabajadores y las trabajadoras de Educación de las escuelas bonaerenses, en este caso de algunos distritos de la Región 25. Sin importar la modalidad ni el nivel, esta comunidad toma protagonismo para contar su experiencia desde adentro de las instituciones educativas y conocer la realidad de cada localidad.
Precisamente, para abordar la Región 25, Gaceta Educativa contó con la palabra de María Magdalena Picot secretaria de la Escuela Especial N° 506 “Juan José Cafferatte” de la localidad de Cachari, distrito de Azul; también con Karen Coscararte, profesora de Itinerario en Informática, de 4to y 5to año de la EES N°2, y trabaja en el ISFDyT N° 91 de Tapalqué; y, desde la ciudad de Olavarría, cuenta su experiencia Nicolás Ferrante, profesor de Educación Musical en 3 escuelas primarias.
Para conocer la realidad de cada partido bonaerense, las docentes plantearon los principales desafíos que se encontraron frente al contexto actual, es decir, las dificultades y oportunidades de la educación dual y la virtualidad.
María Magdalena (Azul), señaló que el mayor desafío “fue poder diseñar o al menos aproximarnos a encontrar herramientas para acompañar y sostener el vínculo pedagógico en los estudiantes”, y asegura que el año pasado “fue un año muy difícil”, ya que junto a su equipo diseñaron muchas “estrategias para llegar a nuestros estudiantes y sus familias”.
En este contexto, relata cómo llevaban el día a día para que ningún y ninguna estudiante pierda contacto con la escuela, “desde el primer día la forma de llegar fue a través del formato papel y el material concreto. Más tarde se fue ajustando para sostener este vínculo pedagógico, acompañando de llamadas telefónicas o mensajes de WhatsApp”.
“Es una comunidad pequeña, lo que permitió que se diera la forma de encuentro breve y cuidado entre el docente y la familia, para las devoluciones y permitiendo el fortalecimiento del vínculo”, concluye la secretaria de la Escuela Especial, sin dejar de destacar el acompañamiento constante de las familias, “nos hemos sorprendido gratamente con ellos”.
Desde Tapalqué, Karen advirtió que “los aparatos tecnológicos e internet se volvieron recursos de primera necesidad y eso es una dificultad que se intenta suplir con otros recursos como los cuadernillos, y las actividades en formato papel”.
La profesora de EES N°2 y el ISFDyT N° 91, hizo referencia a las plataformas digitales para dictar clases, como Zoom, donde señaló que una de las oportunidades de la educación dual “es la grabación de las clases permitiendoles a los estudiantes un acceso a ese material de manera asincrónica y eso no se debería desestimarse en un futuro”.
Desde su experiencia durante el año pasado, comentó que “el Instituto cuenta con un software, llamado Samba, el cual se logró adquirir con un subsidio de la Municipalidad de Tapalqué, que facilita el trabajo administrativo. Algo tan necesario para los estudiantes como gestionar un certificado de alumno regular lo pueden hacer a través de él”.
“Los estudiantes también tienen la posibilidad de acceder a fotocopias totalmente gratis, esa es una política educativa municipal y permite que cada uno cuente con su material de estudio”, concluyó la docente.
Por su parte, Nicolás de Olavarría, afirmó que alguna de las dificultades en la pandemia desde el área de música, es “no poder compartir instrumentos entre los estudiantes en las clases de producción musical, el distanciamiento en los juegos de rítmica corporal y también, teniendo en cuenta el rol del docente donde uno tiene que estar pendiente de que los niños y niñas estén cumpliendo el protocolo”.
En tanto, lo que respecta a las oportunidades, destacó que el hecho de dividir a los y las estudiantes por burbujas, permite “desarrollar las actividades de música de una manera más organizada. Se trabaja mejor”.
Dicha oportunidad sucede con la burbuja que está presente en la escuela, por ello, comentó que, “con respecto a la virtualidad, las clases de música se hacen difícil a la hora de realizar ritmos o cantar de manera colectiva. En mi caso en la semana no presencial, los estudiantes realizan alguna actividad relacionada con lo que se trabajó en la semana presencial”.
De esta manera, Nicolás reflexiona, que desde su área, la presencialidad “es muy importante”, ya que “los niños y niñas tendrán una vivencia musical en vivo que les ayudará a incorporar contenidos y experiencias. También podrán vivenciar distintas situaciones de enseñanza compartiendo con sus compañeros y compañeras”.
Y, concluye coincidiendo con Karen (Tapalqué), “la virtualidad nos sirve como una herramienta para acercarnos a lo digital, por lo tanto, creo que se va a insertar en la educación actual y posterior a la pandemia”.
Otra temática fue la labor específica como docentes, cómo llevan a cabo su planificación, es decir, cómo trabajan con las particularidades que se presentan. Así, María Magdalena de Azul, subrayó que en la escuela de modalidad especial, “se planificó pensando en desarrollar los aprendizajes esperados en el ámbito del hogar de acuerdo al máximo apoyo posible de la familia, con los recursos existentes”.
Precisamente, y lo considera como otro desafío también, “ha sido el trabajo en corresponsabilidad que se ha desarrollado en los niveles y con la Modalidad, ajustando a medida lo que cada estudiante necesita para desarrollar aprendizajes significativos”. Y agregó, “diariamente es necesario realizar ajustes, lo que se piensa para uno, puede no ser para otro; cada situación es única”.
En tanto, Karen (Tapalqué), al hacer referencia a sus planificaciones, aseguró que, “el sistema educativo tiene la capacidad de adaptarse a nuevas situaciones y dar respuesta garantizando el derecho a la educación a cada estudiante”.
En este sentido, “los docentes pudimos adaptarnos desplegando todas las estrategias que tenemos a nuestro alcance, el desafío siempre fue y es mantener el vínculo. La escuela es y debe ser la institución que acompañe y contenga a los estudiantes y sus familias”.
Desde Olavarría, Nicolás sostiene que “una clase de música en estos tiempos se planifica siempre considerando el protocolo vigente. Además, hay que tener en cuenta que se tiene que planificar otra actividad para la semana no presencial. Lo cual nos lleva un poco más de tiempo a los profesores”.
Por ello, cuenta su experiencia en las escuelas primarias, donde “algunos estudiantes no concurren a clase por decisión de la familia”, y lo que planifica entonces también, “es dejar la actividad en la escuela para que posteriormente la familia retire”.
Las docentes y el profesor de los distritos de la Región 25, también dieron su opinión acerca del debate generado en los medios de comunicación con respecto a la presencialidad – virtualidad, y de la frase que circuló, “no hay clases, las escuelas están cerradas”.
La secretaria de la Escuela Especial N° 506, de Azul, comenta que dicha frase “genera controversias”. Y recuerda que, en su escuela el año pasado “no hubo presencialidad, pero si hubo escuela abierta a la familia. Fue y es una modalidad que sigue enseñando. Este año tuvimos la excepcionalidad de tener escuela abierta y estamos felices de que así haya podido ser”.
Y concluye, “este año, acá todas las escuelas de los niveles garantizaron “la escuela abierta”, sorteando obstáculos e imprevistos, hicieron todo lo posible. Seguiremos haciendo todo lo que reste hasta que todos tengan la posibilidad de volver a las aulas, para garantizarle a cada uno de los estudiantes de los distintos niveles el acceso al aprendizaje y la enseñanza que necesita recibir”.
Desde Tapalqué, Karen precisa que “el trabajo docente muchas veces es cuestionado, pero desde el desconocimiento, verdaderamente pocos saben de qué se trata y el esfuerzo que se pone para garantizar la educación”.
“La pandemia logró mostrar que la tarea docente no lo puede desempeñar cualquiera, que es producto de la formación, la capacitación continua, que nunca termina y en la búsqueda constante de estrategias para lograr que todos y todas estén dentro de la escuela”, reflexiona la docente.
Por su parte, Nicolás (Olavarría) hace referencia a la frase “no hay clases, las escuelas están cerradas”, y señala que, “las escuelas pueden estar cerradas pero los docentes están trabajando de igual manera para que a cada uno de sus estudiantes les lleguen las actividades. Ni hablar de lo que cuesta planificar las clases sin poder tener el contacto y el vínculo con nuestros estudiantes”.