En esta oportunidad, me gustaría dialogar con ustedes sobre dos temas: Competencias digitales y las TIC, TAC y TEP.
Varias investigaciones en latinoamérica (BID-UNESCO) vienen trabajando en la generación de competencias y en la incorporación de las mismas a los diseños curriculares. Es decir, en la construcción de programas de formación respecto a habilidades digitales, pero ¿Qué es esto de las competencias digitales docentes? ¿A dónde apuntan? ¿Por qué necesitamos desarrollar competencias digitales?
El modelo de Educación Basada en Competencias (EBC) es un modelo susceptible de ser implementado en los diferentes niveles educativos y programas de capacitación o grados de formalización de la educación. Este define competencias a desarrollar en el estudiante y se establecen resultados de aprendizajes, criterios y métodos de evaluación.
“Las competencias facilitan el desarrollo de una educación integral y engloba todas las dimensiones del ser humano: saber, saber hacer, y saber ser y estar” (Zambrano · 2007)
Las TIC, las TAC y las TEP ¿por qué hacemos esta diferenciación y consideramos que son competencias necesarias para adquirir? Seguramente que ustedes ya lo saben, pero no está demás decirlo, las TIC están enmarcadas en el uso comunicacional social, y en este punto, la Sociedad de la Información que manejaba las TIC con la intención de almacenar la información generada cedió su lugar a la Sociedad del Conocimiento, en la que el manejo de las tecnologías ya no radica en acumular información, sino en transformar esa información en conocimiento, facilitando el acceso al aprendizaje. Y aquí aparece el concepto de Tecnologías del aprendizaje y conocimiento, las TAC. Las cuales tratan de orientar hacia los usos más formativos, tanto para el estudiante como para el profesor para aprender más y mejor. Su objetivo es incidir especialmente en la metodología, en los usos de la tecnología y no únicamente en asegurar el dominio de una serie de herramientas informáticas. Las TAC van más allá de aprender únicamente a usar las TIC y apuestan por explorar estas herramientas tecnológicas al servicio del aprendizaje y de la adquisición del conocimiento. Se trata en definitiva de conocer y de explorar los posibles usos didácticos que las TIC tienen para el aprendizaje y la docencia y en la formación de competencias digitales transversales. En otras palabras:
TAC = e-learning + gestión del conocimiento (Jordi Vivancos, 2009).
Asimismo, debemos agregar que algunos autores entienden la sigla TAC como “Tecnologías del Aprendizaje Colaborativo” (Muñoz, 2008). En este contexto, se plantea que el universo tecnológico es una necesidad irrenunciable de los educadores insertos en el mundo de la comunicación y el intercambio mejorado por las velocidades de conexión a Internet, junto con el uso de herramientas digitales virtuales.
El docente asume entonces un rol-puente para achicar la brecha digital y así naturalizar la aplicación de las tecnologías para el aprendizaje. Ya que la información se halla disponible desde cualquier lugar (concepto de aula ubicua – Burbules y Cope y Kalantzis, 2009), se propone que tanto el profesor como el estudiante gestionen de manera autónoma su propia práctica y formación, mejorando así la praxis educativa y coadyuvando al desarrollo de las competencias de un profesional competente. Se trata, en definitiva, de conocer y de explorar los posibles usos didácticos que las TAC tienen para el aprendizaje y la docencia. Es decir, un conocimiento ubicuo, permanente, personalizado, de inclusión y social. Nótese que desde la posición de las TAC, las herramientas son al servicio de la realización de actividades para el aprendizaje, y su utilización hacia usos más formativos, tanto para docentes como para los educandos, con el objetivo de aprender de manera más significativa (Cabero, 2015).
Ante esta nueva realidad, nacen, las TEP (Tecnologías para el Empoderamiento y la Participación), término empleado por Dolors Reig; pues ella describe que en esta primera mitad del siglo XXI, “en educación se trata de educar en la sociedad aumentada”, (socionomía). En este sentido, propone pensar que las personas evolucionan desde una “educación pasiva” hacia lo que denomina «aprendizaje aumentado», lo que significa “poner el foco” en el aprendizaje autónomo, y aprovechar la potencia de la web para formar nuevos individuos, conectados en forma permanente a la inteligencia colectiva. Asimismo propone una educación orientada al máximo aprovechamiento del ecosistema de comunicación, con un aprendizaje y participación aumentados, y visualizar a Internet como un «constructo sociotécnico complejo», que pone en conexión dos dimensiones: las tecnologías y a las personas. Igualmente, expone las principales tendencias, y desglosa las funciones profesionales o competencias del nuevo profesor, y de cualquier trabajador del conocimiento que quiera participar en la “revolución educativa”, (que para la autora es tiempo de poner en marcha).
En el mundo actual, es esencial dirigir los esfuerzos hacia la formación en nuevas competencias, la educación en valores, y asegurar el rol de profesores e instituciones, en la construcción de sentido en todos los intercambios educativos con las generaciones del presente.
En particular, propone profundizar en los siguientes aspectos:
- Educar en valores para una participación que nos haga crecer como individuos y como sociedad, pensando en que no hay tecnología que no dependa de su apropiación, y no hay apropiación que no dependa de los valores del usuario.
- Alfabetización multimedia.
- “Gamificación”, (aprendizaje basado en juegos), “storytelling”, creatividad.
- Analítica de datos, (Aprendizaje aumentado).
- Organizar la inteligencia colectiva.
- Intuición digital: metodologías, herramientas para “dar sentido”.
- Competencias para el aprendizaje en la web.
- Profesores e instituciones: curación de contenidos y lugares del saber.
- Innovación y cambio: de la educación para las respuestas a la educación para las preguntas, (Reig, 2012).
¡Qué gran desafío! no? y El desafío considero que está justamente en este salto cualitativo que venimos dando, el cual tiene que ver con percibir a las TIC no como meros recursos tecnológicos sino como recursos educativos, y también como instrumentos para la participación y la colaboración de docentes y estudiantes.
Claudia Burgos. Prof en Ciencias de la Educación -Directora Ejecutiva de Inteligencia Natural www.inteligencianatural.com.ar