
Gremios docentes de la ciudad de Buenos Aires rechazaron la iniciativa que establece prácticas laborales obligatorias a partir del ciclo lectivo 2022 para estudiantes de quinto año de establecimientos de gestión pública y privada (ver nota), anunciada por el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, al advertir que «la escuela secundaria no tiene este propósito».
«Desde el Ministerio (de Educación) impulsan el trabajo precarizado de estudiantes y la escuela secundaria no tiene este propósito. Tendrían que estar trabajando en la orientación e inclusión de los estudiantes en los circuitos de educación superior», expresó Angélica Graciano, secretaria General de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE-Ctera).
Desde Ademys y UTE-Ctera criticaron, además, que no tuvieron «ninguna reunión ni trabajo en este sentido» previamente y que “nos enteramos por los medios de comunicación», apuntó Graciano.
María Isabel Grau, secretaria de prensa de la Asociación Docente Ademys, comentó que desde el gremio rechazan el «intento del gobierno de la Ciudad de llevar adelante prácticas laborales y pasantías en las escuelas secundarias desde el 2017 con la implementación de la Secundaria del Futuro».
«De ninguna manera entendemos que la prioridad tiene que ser la inserción en el mercado laboral. Toda la reforma de la Secundaria del Futuro apunta a que los chicos se adapten a un mercado laboral precarizado, en el que no se requieren conocimientos específicos», agregó.
En este sentido, sostuvo que la escuela secundaria debe apuntar a potenciar «el pensamiento crítico y el conocimiento que contribuya al desarrollo de personas que puedan transformar la sociedad y aspirar efectivamente a un acceso a la Universidad y a los institutos terciarios».
«Esto de ninguna manera contribuye a ello, sino todo lo contrario. Lo que hace es quitar horas de estudio para transformar a los jóvenes en mano de obra gratuita para distintas instancias laborales», destacó.
La voz de las y los estudiantes
Estudiantes de secundaria consideraron como «nefasta» la medida anunciada por el jefe de Gobierno porteño. Amparo López, vocera del centro de estudiantes del Instituto de Enseñanza Superior en Lenguas Vivas «Juan Ramón Fernández», quien acaba de pasar a quinto año, aseguró que esta iniciativa es un «guiño a los empresarios» y que no harán más que «generar mayor precarización».
«Hoy nos despertamos con esta noticia inconsulta, obviamente a través de medios de comunicación, como suele suceder con este tipo de anuncios educativos», manifestó.
La vocera rechazó la «decisión política», de «cerrar las instancias de diálogo» con las comunidades educativas, que «somos quienes transitamos a diario las instituciones educativas y que sabemos qué es lo mejor para nuestra educación».
La joven afirmó que estos «ataques sistemáticos a la educación» son una contribución a la construcción de una ciudad que «no incluye a los estudiantes ni a las comunidades educativas ni a los jóvenes».
Por su parte, Luz Schiffmacher, vocal del centro de estudiantes del Colegio Nacional de Buenos Aires (CNBA), aseguró que -contrario a lo que se argumentó- esta «no es una respuesta válida» ante la demanda de empleo para las juventudes.
«El problema del desempleo joven no está en falta de formación, sino en que no se está creando empleo porque siempre buscan abaratar la mano de obra», expresó la vocal.
Si bien esta medida no afecta al CNBA por depender de la Universidad de Buenos Aires, la estudiante anticipó que «nos puede afectar después de que pase por todas las escuelas modelo» y que es necesario «dar una lucha en conjunto con todos los centros de estudiantes secundarios».
Ambas jóvenes coincidieron en que las prácticas laborales obligatorias son «unas pasantías nefastas que convierten a los pibes en mano de obra gratuita» y que, como todo «ataque a la educación pública», se encontrará con «una gran lucha y organización estudiantil resistiendo».