LOS CURSOS EMPRESARIALES: LA PROMESA DEL LUCRO INDIVIDUAL – Luis Sujatovich

Anuncios
Logo Inteligencia Natural

Los cursos que ofrecen Google y Microsoft exigen una reflexión acerca del futuro de la educación. No sólo por el modo en que suelen estar diseñados, sino también por el rol docente, por los principios pedagógicos-didácticos que acompañan su desarrollo y también por las temáticas que aborda. Quizás podría resultar exagerado considerarlos como un asunto digno de atención, dado que no parecen tener tanta influencia en la formación, sin embargo, basta advertir la trayectoria de las empresas que respaldan para comprender que su despliegue aún está en ciernes.

No se trata, por supuesto, de limitar la iniciativa privada ni tampoco de impugnar las certificaciones que puedan generar: la formación de docentes y de estudiantes cuanto más diversa, será más enriquecedora y plural. Por lo tanto, supone un aporte que acaso por su novedad, pueda resultar valioso. El aspecto a considerar está relacionado con el modelo educativo sobre el cual edifican sus propuestas, porque pareciera emerger cierta inclinación por recalcar la potencialidad de las metodologías activas y por atraer cursantes por las denominaciones rimbombantes, pero a la vez se desarrollan en una métrica áulica tan tradicional como perniciosa: el docente sabe e ilustra, los alumnos aprenden y repiten. Así consuman una flagrante contradicción, pues pregonan el aprendizaje activo y el uso autónomo de las plataformas, mientras elaboran diseños instruccionales propios de comienzos del siglo pasado.

También la oferte padece de una tendencia inocultable por constituir al docente (y también al resto de la sociedad) en un agente activo dentro de la economía de mercado, relegando cualquier opción que suponga una reflexión crítica que busque establecer una forma de relación con el trabajo, la cultura y la educación diferente. Google, por caso, propone capacitaciones en productividad personal, emprendimiento por Internet,  comercio electrónico, marketing digital, desarrollo de apps, desarrollo Web, etc. Microsoft, por su parte, creó la “Imagine Academy ofrece formación tecnológica reconocida en el sector, las habilidades y las certificaciones que los estudiantes necesitan para triunfar”. No hacen falta mayores comentarios, ¿no es cierto?

Anuncios
Logo Inteligencia Natural

En consecuencia, sin menoscabar las habilidades que puedan favorecer – omitiendo casi groseramente su corte ideológico dominante – es sencillo observar que tienen una interpretación de la enseñanza muy diferente (acaso opuesta) de aquella que podríamos denominar, citando al célebre Freire, emancipadora. Hay, al menos, dos grandes camelos: no se enseña diferente sólo por actualizar las temáticas, como dice  César Coll las tecnologías digitales se acomodan al modelo pedagógico del docente y no al revés.  En tanto que las competencias ofrecidas en cómodas capsulas semanales, prometen más que cumplen: ¿o acaso el desarrollo de apps se aprende con facilidad? ¿Qué propondrá el curso de productividad personal? Por último, sería muy esclarecedor conocer qué implica que un estudiante triunfe para Microsoft. ¿Tendrá el mismo significado que para la escuela? Hay que apropiarse de la tecnología pero con el mismo afán que nos hizo elegir la carrera docente. Lo demás es comercio, publicidad y consumo. Nada nuevo, pero no por eso menos peligroso.

Luis Sujatovich, Prof. y Dr. en Comunicación Social

Compartilo en tus redes sociales